En el estudio de Profeco, nunca se señala a productos que se prohibirán en el país, pero sí especifica las debilidades de varios de ellos. Por ejemplo:

Sopa J-Basket: No cumple con la norma del etiquetado, ya que no declara la información nutrimental sobre el producto preparado. También incumple con la norma del etiquetado porque sus instrucciones deben estar en español, pero están en inglés. Cuesta 84 pesos.

Sopa Knorr de pollo: Declara sabor a pollo, pero no contiene pollo, sino saborizantes a dicho alimento. Cuesta 15 pesos.

Maruchan Bowl: Declara tener vegetales; sin embargo, son 5 g/100g.

Maruchan Instant Lunch: Tiene envase de unicel. Declara contener vegetales; sin embargo, son 4g/100g.

Maruchan Yakisoba: De los productos analizados de su grupo, es el que tiene más kilocalorías y carbohidratos por 100 gramos de producto preparado. Declara contener vegetales; sin embargo, son 4g/100g.

Nissin Cup Noodles: Tiene envase de unicel. Declara tener vegetales; sin embargo, son 5.55 g/100 g.

Nissin Maxo Sopa: Declara pollo en polvo (0.58%) sazonador carne de pollo y sazonador caldo de pollo.

Nissin Pasta U.F.O.: De los productos analizados de su grupo, es el que más proteína tiene por 100 g de producto preparado. Es el que más grasa contiene por 100 g de producto preparado.

UDON: Contienen endulcolorantes no recomendables en niños. No cumple con la norma del etiquetado, ya que no declara la información nutrimental sobre el producto preparado. Es el que más sellos de advertencia presenta.

En la Revista del Consumidor, la Profeco hace recomendaciones de sopas de verdura o de pasta, hechas en casa, con productos naturales. Volviendo a la primera cuestión, Profeco no prohíbe la venta de ninguna de las sopas instantáneas analizadas, pero sí está en el derecho de retirarlas de los supermercados por incumplimiento de etiquetado o por publicidad engañosa. Esto, en tanto las marcas que incumplen con ello, decidan modificar sus productos o sus etiquetados.

“Nosotros te damos la información, tú debes usarla a tu favor, tener conciencia de qué es lo mejor para ti, y estar dispuesto a adquirir hábitos de consumo saludables”, dice la Revista del Consumidor.