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REPORTAJE

Mercados: vulnerabilidades para la infancia y riesgo de trabajo infantil*

VERÓNICA DE LA LUZ

Cuando vas al mercado por tus frutas o verduras, ¿has pensado en las condiciones de salud de niñas y niños que se encuentran en los locales?, ¿duermen, comen o van a la escuela?, ¿tienen tiempo de jugar?, ¿a cuáles riesgos se enfrentan?, ¿son víctimas de trabajo infantil?

 

Juanita cursa el preescolar. Su mamá dice que el plan de estudios de su escuela –particular- señala que la niña ya debería ir avanzada en cuanto a saber leer, pero lleva un atraso, en parte porque su trabajo como locataria del mercado Héroes de Puebla, le absorbe casi todo el día, y no puede ayudarle con sus tareas y regularización.

 

Una vez, a Juanita la mordió un perro porque estaba jugando en las inmediaciones del puesto de su mamá. Ésta última tenía que trabajar y no se percató de que su hija estaba con el animal callejero.

 

Los antepasados de Juanita se dedicaron a las ventas en el mercado, pero ella ya ha decidido su futuro: quiere ser médico militar. Por ahora, cuando se necesita, ayuda a su mamá en algunas tareas del trabajo. Igual que otros niños y niñas, está cerca de las estufas y cazos.

 

La mamá de Juanita no recibe apoyo del papá de la niña, por lo que el negocio familiar está a su cargo, igual que el cuidado de su hija; debe trabajar horarios extenuantes para cubrir todos los gastos.

SITUACIÓN DEL MERCADO, DESFAVORABLE DESDE HACE AÑOS

 

En 2013, los hoy arquitectos –con cédula profesional registrada en la SEP- Adriana Luna, Ramón Hernández y Anakare Valencia, postularon una tesis –disponible en Internet- en la que expusieron algunas condiciones del mercado Héroes de Puebla, que no distan de la realidad de otros mercados en la ciudad. Plantearon falta de señalamientos de circulación, obstáculos en pasillos y desorden en la ubicación de giros, problemas que continúan a la vista.

 

Proponían una remodelación al mercado, en la que se incluirían guardería, cancha de fútbol, parque de juegos infantiles y un área de juegos de mesa, además de jardineras y cambio de los techos, que aún son de láminas. Este proyecto de tesis de la BUAP, respecto al mercado en el que conviven Juanita y más niñas y niños, no se concretó.

 

¿CUÁNDO HABLAMOS DE TRABAJO INFANTIL?

 

La Ley Federal del Trabajo señala, en su artículo 22 Bis, que está prohibido el trabajo de menores de 15 años en México. Es decir, adolescentes de 15 a 17 años, sí pueden laborar, bajo ciertas condiciones como haber terminado su educación básica obligatoria.

 

El artículo 23, aunque sí permite a personas menores de 15 años, trabajar con su familia, también aclara que “queda prohibido el trabajo de menores de 18 años dentro del círculo familiar en cualquier tipo de actividad que resulte peligrosa para su salud, su seguridad o su moralidad, o que afecte el ejercicio de sus derechos y, con ello, su desarrollo integral”.

 

Martha Zárate Tinoco, la secretaria ejecutiva del Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) en el estado de Puebla, señala que el trabajo infantil sí puede estar presente en los mercados, dependiendo del contexto en el que se encuentre cada infancia.

 

Por ejemplo, si la responsabilidad que tienen niños y niñas en el mercado, les restringe otros derechos, como a la educación, a vivir en paz, a tener bienestar y salud, o están laborando para una red organizada a la que tienen que pagarle una cuota, sí estaríamos hablando de trabajo infantil.

 

No obstante, Zárate Tinoco también dice que la estancia de niños y niñas en los mercados es la alternativa para algunas madres –por ejemplo- que desconfían de guarderías o que no tienen alguna red de apoyo para dejar en resguardo a sus hijas e hijos. Si las infancias están mejor en el mercado, que con personas o lugares que las pongan en peligro, aun cuando ayuden a su familia, puede ser que no se encuentren en situación de trabajo infantil.

 

Dice que se debe hacer una investigación respecto a cada caso, pues el trabajo infantil o la explotación sí pueden estar disfrazadas de otras situaciones. Tomando en cuenta que cada escenario es diferente, se tendría que indagar a fondo, por lo que sería necesaria una policía especializada –agrega-.

 

Zárate reflexiona que lo ideal es que ninguna infancia tenga que trabajar.

HAY RIESGO DE TRABAJO INFANTIL EN PUEBLA, PERO NO DETECTAN CASOS

 

El gobierno del estado de Puebla y su Secretaría del Trabajo tienen detectadas ocho regiones con alto riesgo de trabajo infantil: Huauchinango, Huehuetla, Quimixtlán, Tecamachalco, Sierra Negra, Chiautla, Acatlán y Atlixco, que se encuentran en zonas norte, sureste y suroeste de la entidad.

 

Como factores asociados al riesgo de trabajo infantil, la autoridad toma en cuenta a la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela, a la población de 15 años y más con educación básica incompleta, a la población sin acceso a servicios de salud, a la población indígena, a la población que gana hasta dos salarios mínimos, a la población ocupada en la actividad agrícola, o niños y niñas con becas gubernamentales, es decir, personas que cuentan con diferentes factores de vulnerabilidad.

 

En Puebla se tienen ubicados 36, de los 217 municipios, con alto riesgo de trabajo infantil, y 119 con riesgo medio. No obstante, en la solicitud con folio 212255722000016, la Secretaría del Trabajo de Puebla dijo que, durante 2020, 2021 y los primeros dos meses del 2022, no se reportaron casos de trabajo infantil.

 

En el periodo señalado (2020-2021-2022), la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tampoco registró denuncias por trabajo infantil, ni casos de este delito, derivado de visitas de inspección, en Puebla. La dependencia dio este dato en la solicitud de información 330027121000232.

¿HAY TRABAJO INFANTIL EN LOS MERCADOS?

 

La Organización No Gubernamental (ONG) Dignificando el Trabajo visibiliza cinco escenarios diferentes en los que niños, niñas y adolescentes pueden estar relacionados con trabajo: ocasional, trabajo forzoso, trabajo infantil, peores formas de trabajo infantil y trata. Retomamos dos.

 

En cuanto al trabajo ocasional, se refiere al vacacional, extemporáneo, no obligatorio, familiar o que no pone en riesgo el desarrollo del niño o la niña. En esta categoría podría entrar el trabajo en los mercados, es decir, cuando solamente se habla de niños ayudando a su familia.

 

El trabajo infantil –describe la ONG en su material ¿Trabajo forzoso e infantil en la industria de la moda en México? – tiene lugar “cuando la actividad se realiza en condiciones que van en contra del pleno desarrollo del niño o niña. Por ejemplo, que no le permite asistir al colegio, que le imposibilitan a jugar, que ponen en riesgo su integridad física, mental, moral”.

 

Susana, mamá de dos niños del mercado Héroes de Puebla relata que ella también creció en el local de su madre. Reconoce que este lugar sí representó riesgos para ella, igual que pasa ahora con sus hijos y hermanos, por los cazos calientes con carnitas, los anafres, las estufas, la fauna nociva o la inseguridad.

 

Ella, como otros niños y niñas, durmió en cajas de cartón, bajo el local de su mamá, sin importar el clima. Convivió con otras infancias en la vía pública, mientras su madre atendía el negocio. Con el tiempo, ella se hizo cargo del local y abrió el suyo.

 

Juan ha crecido en el mismo mercado Héroes de Puebla. Hace dos años todavía tenía la fisonomía de un niño, pero se ha convertido en adolescente. Es como un empleado para su madre, quien le encarga atender a la clientela, acomodar los productos o cargar cajas.

 

Estas responsabilidades también las tienen algunos niñas y niños los mercados 5 de Mayo e Independencia, de acuerdo a lo que se pudo apreciar mediante recorridos.

¿Y EL ESTADO?

 

“Yo ya no tengo hijos chiquitos. No te voy a decir mucho, y tampoco veo para qué. El gobierno solo viene (al mercado) cuando hay elecciones. Nunca han hecho nada por los niños de aquí. Antes venían unos voluntarios a dar cosas a los niños, pero dejaron de venir”.

 

Una mujer que ronda los 65 años y tiene un local de verduras, se enoja cuando se le pregunta si hay ayuda gubernamental para la atención de niños y niñas del mercado. La respuesta es no.

 

Hace más de 10 años en el mercado Héroes de Puebla había un preescolar, pero fue cerrado. No se ha tenido alguna guardería especializada o programa dirigido a la atención a la infancia, agrega la señora, quien refiere que ha criado a sus hijos en su trabajo; hoy, son adultos.

 

NECESITAN GUARDERÍAS

 

La vecina de Juanita -en el mercado- es más joven que ella. Todavía no ayuda en las labores del local de su mamá, aunque está expuesta a los mismos riesgos.

 

Las madres de ambas niñas coinciden en que sus hijas podrían estar en una mejor situación si hubiera una guardería con personal confiable, en el mercado.

 

Juanita le ha dicho a su mamá en varias ocasiones –según relata la segunda- que quisiera que deje de trabajar para jugar o ir al parque, pues a diferencia de sus compañeros y compañeras de escuela, no puede divertirse.

 

A la niña le han salido manchas blancas en la cara, debido a que, a veces, no tiene una dieta balanceada, relata la mamá.  

 

Como ejemplo de la atención a niños y niñas en los mercados, Unicef y el gobierno de Paraguay abrieron un Centro de Atención Integral (CAI) en un mercado de abasto, que brinda a las infancias, oportunidades de aprender, incluso un oficio. Hay una zona para alimentación, dispensario de salud, e implementación del programa “Abrazo” para la erradicación progresiva del trabajo infantil.

¿QUÉ HACE EL GOBIERNO LOCAL PARA ATENDER EL TRABAJO INFANTIL?

 

Liliana Ortiz Pérez, presidenta del Sistema Municipal DIF de Puebla capital dice, respecto a la prevención de trabajo infantil en los mercados, que el ayuntamiento tiene un programa de apoyo a las estancias infantiles -que consiste en la entrega de 700 pesos mensuales por niña o niño, a centros de cuidado infantil que cumplen con ciertos requisitos-, lugares a los que pueden acceder los hijos e hijas de trabajadores y trabajadoras de mercados.

 

Agrega que desde la campaña política que llevó a Eduardo Rivera Pérez a la presidencia municipal, se detectó que niños y niñas de los mercados estaban debajo de los puestos, en huacales (cajas de madera usadas para la fruta o verdura), factor que estimuló tanto el apoyo a estancias infantiles, como el programa “Médico Contigo”, que reside en dar consultas gratuitas a la población que tenga alguna vulnerabilidad.

 

“Médico Contigo” se llevará a diferentes mercados de la capital, empezando por la Central de Abasto.

 

En el ámbito educativo no se tiene algún programa específico para atender a las infancias de los mercados, pero la entrevistada dice que los tutores, padres o madres, pueden acercarse al área jurídica del Sistema Municipal DIF para investigar y crear alguna solución conjunta para los problemas, es decir, que hagan autogestión. También pueden acercarse al Centro de Día para evitar que sus hijos e hijas abandonen sus estudios.

 

Ortiz Pérez dice que cuando falta lo mínimo indispensable en los hogares, siempre habrá un riesgo para la infancia y la adolescencia.

 

Martha Zárate Tinoco, directora de Sipinna, refiere que sí hay un protocolo para poder identificar el trabajo infantil en los mercados, en el estado. Falta la modificación y la implementación, para lo que se está trabajando con diferentes autoridades que deberían intervenir para identificar y castigar a los responsables de posibles casos.  

 

Agrega que, en primera instancia no se debe satanizar un caso de posible trabajo infantil, sino, primero investigar a fondo; de detectar que lo hay, denunciarlo y trabajar en la restitución de derechos de las infancias.

LO IDEAL ES QUE LA NIÑEZ NO TRABAJE

 

Tomando en cuenta la estancia y trabajo de niños y niñas en los mercados, se le preguntó al psicólogo Karol Christian Herrera Valencia, sobre las secuelas que esto puede causar.

 

Algunas consecuencias que pueden derivar de que las infancias estén en un mercado –dependiendo de sus contextos y otras vulnerabilidades- son abusos, cansancio físico, reducción de posibilidades de estudiar, riesgo de que en el futuro no exijan empleos bien remunerados, buscar trabajos que requieran fuerza física, caer en adicciones como el alcohol, cigarro o drogas, aspirar a una economía insuficiente, confiar poco en los demás y agresividad.

 

Incluso –agrega el especialista- si el niño o niña está trabajando con su familia en el mercado, también tiene los mismos riesgos, añadiendo una relación con diversas personas, quienes no necesariamente le tratarán adecuadamente.

 

En suma, el también profesor de la PrepaTec de Monterrey campus Puebla dijo que lo ideal es que ningún niño o niña trabaje, y que tenga una infancia psicológica y emocionalmente estable, sin explotación laboral y sin abusos.

 

Si la única opción de las familias es tener a sus hijas e hijos en un mercado, entonces el académico sugiere que se den más oportunidades, ahí mismo, como talleres o capacitación.

 

 

 

 

 

*Los nombres de las niñas, niños y sus madres han sido modificados, en respeto a su derecho a la privacidad y protección de datos personales.

 

*Con apoyo de Dignificando el Trabajo e Iniciativa Arropa de Fundación Avina. México, 2022.

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